Zidane, en polvo de ladrillo
Zinedine Zidane volvió a jugar al fútbol. Fue ayer después del mediodía, en el coqueto Darling Tennis Club, en el corazón de Barracas. Sí, Zizou, que está de paseo por Buenos Aires con su esposa Veronique y sus cuatro hijos desde el viernes, tras jugar unos 40 minutos al tenis con un amigo, se prendió en un picado en el que participaron sus hijos y los chicos del club, en un día a pleno sol.El sábado una persona llegó a la administración del club y preguntó: "Hay un muchacho francés que quiere venir a jugar al tenis, ¿puede?". La respuesta, en principio, fue negativa. "Este es un club privado", le dijeron. Pero, cuando el visitante blanqueó que el interesado era Zidane, el no fue un sí rotundo.
Ayer a las 12.15 Zidane llegó custodiado por dos hombres de negro y acompañado de su amigo, su rival tenístico. Su look fue parecido al de Rafael Nadal: pantalones por debajo de las rodillas y remera eléctrica. Claro: Zizou mostró algunos golpes interesantes (despertó varios aplausos), pero demás está decir que lo suyo, pese al retiro hace ya un año y medio, sigue siendo el fútbol...
Luego de divertirse en la cancha 10, se bañó y, ya acompañado por su familia, se quedó a almorzar en una de las galerías del Club. Los mozos Víctor y "Topo" sirvieron milanesas, ensaladas, pollo grillé, agua sin gas y helado. Zidane no pagó nada. Los gastos fueron invitación del club.Los chicos y algunos grandes del Darling, luego tomarse fotos y pedirle autógrafos al campeón del mundo, se animaron e invitaron a los hijos de Zidane a jugar a la pelota. El sí fue automático. Pero, para sorpresa de todos, hubo refuerzo de lujo: el propio Zidane despuntó el vicio. Todos los ojos buscaban su figura en la cancha. Pero, el que más cautivó al selecto público, fue Enzo, el hijo mayor de Zidane quien es una de las joyitas de las inferiores del Real Madrid y que se llama Enzo, claro, por Francescoli.Tras el picado, la comitiva se marchó en una camioneta gris. Algunos especulaban con que el próximo destino sería Liniers, donde se jugó el partido benéfico de la Fundación Pupi de Zanetti. Pero nunca apareció por Vélez. Hoy, bien temprano, Zidane y su familia le pondrá punto final a su primera vez en Buenos Aires.
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